lunes, 16 de noviembre de 2015

Poema para recorrer París, de Juan Ballester


Siempre queda París para soñar tu cuerpo,
para buscar tu pelo, para hallar tu sonrisa,
siempre queda la magia de recorrer sus calles
mientras los bosques tienen envidia de tus ojos.

Siempre queda París oculto en la recámara,
un proyectil certero para alegrar el alma,
siempre, como una tabla de salvación, nos queda
la opción de ser felices como dos amapolas.

Siempre queda París, la ciudad de las luces,
el lugar donde el tiempo se convierte en alondra,
donde tus dedos bullen y tus labios florecen
y tus palabras suenan a rumor de cascada.

Siempre queda París, sus jardines y plazas,
sus cafés que aún recuerdan el sabor de tu nombre,
los palacios cubiertos de historias, de leyendas,
los andenes del metro donde plantaste besos.

Siempre queda París, la torre Eiffel, Montmartre,
el Louvre, los Inválidos, la Concordia, Pigalle,
el amor que resurge detrás de cada esquina,
la música que espera cada noche de luna.

Siempre queda París, amor, si tú lo quieres,
si te asomas al río tranquilo de mis años,
París para abrazarnos, para esperar cigüeñas,
París eternamente, atado a tu cintura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario